Algunas veces es mejor alejarte de las cosas que te envenenan lentamente, pero qué difícil es dejar los malos hábitos, lo que te mata es lo que te regocija, o de perdida así piensa una que otra vez mí dañada cabecita: odio dejarte, pero o muero yo ó mueres tú, así que mejor me olvido de ti.
Este fin de semana no fue ni de perdición, ni tan sensual como otros, que lastima. Aunque pensándola bien no estuvo del todo mal. Fue totalmente anti glamour, pero con los tacones bien puestos, pa' asustar a uno que otro macho que se hipnotice con mis ojos.
Ahorita que estaba trabajando (En domingo y en ayunas) recordé que son vacaciones de semana santa, donde los mortales comunes están descansando y uno de periodista se chinga, sin vacaciones, ni jubilación, con horario de doctor: a la hora que nos marquen, tenemos que ir.
Ya se requiere un desfogue sin piedad ni compasión hacía mis contemporáneos, esta cordura me vuelve loca...
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