viernes, 25 de marzo de 2011

Limpiando basurita

La vida cambia en un abrir y cerrar de ojos, sin embargo parece que gente algunas veces estamos estáticos; sin un movimiento aparente y pensando: “Este atardecer ya lo había visto”.

Estos días han sido nuevos y repetitivos, de alguna forma acíclicos y siguiendo un patrón, yo solo alisto mis tijeras y recorto por la línea recomendada, pero como siempre término dibujando círculos que no se cierran y viejos amores que no se olvidan.

Si alguien pudiera decirme en que tienda departamental puedo devolver todas las responsabilidades adultas que me dieron se lo agradecería, guarde el recibo en la bolsa del pantalón y las etiquetas en caso de que me pregunten algo.

Últimamente ya no tengo a quien dedicarle mis versos ni mis letras, nuevamente me volví espectadora del amor en lugar de protagonista, duele pero es más triste tener a alguien que no te quiere a tu lado. Ya después uno solo aprende a aceptar las cosas, el amor no fue hecho para mí o de perdida no me explicaron como usarlo, solo recuerdo sabias palabras: el amor no se ruega ni se destruye, solo te transforma.

Irónicamente ahora me buscan los que di por muertos alguna vez, ex novios que varias coordenadas geográficas han vuelto a mí, hasta un cholo con el que andaba cuando tenia como 16 años, la verdad no me interesa nadie, apenas y me intereso yo por el momento.

Así que seguiré asistiendo a bodas que ya parecen epidemia, siendo testigo del amor ajeno, con fines de semana llenos de excesos y tacones muy altos que hacen ruido para anunciar cuando voy llegando, llego su mami perras y no voy a quitar el dedo del renglón.

DF



viernes, 11 de marzo de 2011

Un algodón rosado (y sin rosar)


Cuando tenia 6 años recuerdo que vi una fotografía en una enciclopedia llena de estrellas rojas, el texto decía: “La muerte de las estrellas”. Desde ese día que mi cuenta que la vida no esta hecha más que por ciclos, todo lo que comienza algún día va a terminar, irónicamente ahí nació mi miedo a envejecer.

Con el paso del tiempo veo que siguen ciclos en mi vida, decisiones, reglas, mucha estupidez e impulsividad de mi parte y uno que otro algodón de azúcar para los dolores del corazón, esa es una vieja receta que me funciona desde una vez que me caí en un juego en una feria cuando tenia unos 8 años calculo yo. Para la cantidad de glucosa que he comido en mis años de existir me extraña no ser diabética.

Por el momento sigo cerrando círculos, rompiendo recuerdos y conservando amistades en una maletita que me voy a llevar en unos meses, los planes siguen igual, mi mudanza continúa, solo que lo pensé bien y tengo que terminar cosas que pensaba dejar incompletas. Hace unos días decidí que realmente quiero irme, no huir, lo que seria una gran diferencia a mis “escapadas” temporales de mi rancho, pero siempre tengo que volver a concluir lo que deje a medias. Ya es hora de actuar como una niña grande.

En lo que respecta a mi gatita de alfombra, esta arañando los muebles y dejando de perseguir reflejos. Ella no me dijo nada, solo escribió en su tazón de leche y sus ojos que hacen versos: “Te quiero como gata flaca perseguida y llorona, te quiero como gata gorda de tanto estar mimada”. Espero pasar el fin de semana con ella que no la he visto desde el viernes de la muerte y la extraño, somos mujeres fuertes y de peores cosas hemos estado mejor.