miércoles, 22 de julio de 2015

Bloqueo

Me dijeron que la maldición de un escritor es estar feliz, porque así está demasiado ocupado como para escribir sobre ello. 

Supongo que a todos nos pasa igual cuando la inspiración viene de lugares un poco oscuros.

En mi defensa diré que en algunas ocasiones, las palabras sobran cuando las sonrisas bastan.

Pensándolo bien, tal vez no sea tan malo eso de no ser un poquito desgraciado de vez en cuando.