Domingo santo, el día que resucitó Jesús según las escrituras, los ángeles, las viejitas del catecismo, y los padrecitos pedofilos. Este domingo también es de futbol, otra religión mexicana, de la cual me confieso fiel seguidora mi rebaño sagrado, una de las pocas cosas que respeto con esa clase de status.
Este día, reviví como lo hubiera hecho Jesús en estos tiempos: después de 3 días de encierro en la casa, decidí salir y despertar con aliento olor a whiskey y palomitas en el brassiere (No sé porque siempre termino con comida ahí, soy como una ardilla almacenando comida pero de una manera más sexy).
Después de mi sábado santo lleno de excesos y extranjeros, he hecho algunas recapacitaciones no muy bíblicas, ni muy religiosas, eso de que la gente es más buena estos días es pura mierda. Hoy la gente se siente más religiosa viendo todas las películas de la vida y obra de Cristo.
Pero por lo que he visto que la gente no cambia, ni tú lo haces, ni yo lo hago, a lo mejor podemos mejorar o transformar aspectos en nuestra vida, pero en esencia somos los mismos, seguimos con los mismos demonios, con las mismas pasiones, podremos negar lo que le escondemos a la gente, solo uno sabe lo que lleva adentro y lo que dejas salir, lo que expones a los demás, el como quieres que la gente te mire..
No hay comentarios:
Publicar un comentario