domingo, 7 de febrero de 2010

La ira femenina


Eso de que el amor es un sentimiento libre, puro, incondicional y que no espera nada es una sarta de pavadas, por supuesto que, no solo esperamos algo, incluso hasta lo exigimos.
Aparentemente nunca damos nada sin recibir algo a cambio, mínimo un gracias. Preferimos sentir que usamos a las personas, antes que darnos cuenta que hemos sido usados. Eso nos hace más duros, hacemos nuestra coracita contra el mundo, contra las personas, contra otras personas que ni la deben ni la temen.

Entre las miles de especies humanas, tribus urbanas, contraculturas y cuanta merma de persona me puede venir a la mente, yo creo que la raza más temible es la de la mujer despechada. En serio que las mujeres somos una amenaza hacia la sociedad, nos cegamos de una forma casi sobrenatural, sacamos nuestros demonios internos.

Una mujer con el corazón roto, tiene la capacidad de sonreír y mentar la madre al mismo tiempo, de besar a cualquier cabrón que se le tope, con tal de limpiar las babas del traidor a la patria, así que cuidado con estas fieras hombres del mundo, que andan sueltas y no traen correa.

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