miércoles, 30 de junio de 2010

nada por aquí, nada por allá...


Eso de fijarse en hombres decentes como que de repente me da flojera. Es más difícil que los hombrezuelos horribles con los que llenas tu morbo y tus partes nobles, pero parece que los hombres están asquerosamente mal divididos: son muy pero muy buenos o unos hijos de la chingada.

Cuando una sale con un hombre con fines carnales, es algo así como un caramelo, tener algo que chupar por mientras que llega el plato fuerte, es como para hacer pendejo al estomago y ponerle azuquítar al corazón.

Lo malo es cuando a una le gusta alguien de la buena manera, como lo manda Dios y sus leyes divinas, ahí si ya no es tan divertido, tienes que andar quedando bien, aceptar la monogamia que está en contra de la naturaleza (esas cosas son de lesbianas), tienes que andar arregladita y sacar la mejor cara, para que en cuanto pique la carnada, salga el monstruo interno...

No me gusta batallar con los hombres, generalmente no suelo hacerlo. El hecho de sentir que me gusta alguien más de lo que a mí me gusta, me frustra de sobremanera y termino por mandar todo al diablo (si no es que me mandan a mí primero) así funciona mi dañada cabeza y mi enfermo corazón, al que ya le hace falta una inyección, porque agoniza cada vez mas.

[make me believe]

1 comentario:

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