Los clásicos nunca mueren

Digan lo que digan, griten lo que griten, a las mujeres nos gusta el cortejo. Hasta a la mujer más feminista de esas que se cortan el cabello con corte de hongo para mujer, no se rasuran y compran zapatos “cómodos” (feos), le ha de gustar que de vez en cuando le hablen bonito y le digan una sarta de pendejadas para quedar bien; pero que lindo suena todo en el momento. A fin de cuentas ¿A quién no le gusta conquistar o ser conquistado?

Desde que el ser humano existe se ha tratado de hacer conquistas, ya sean mediante la religión, por poderes políticos o con lo que pueda atraer a alguien; el “cómo” hacerlo es lo que hace la diferencia entre las personas.

Volviendo un poco más al cortejo de tipo afectivo, la finalidad es siempre la misma: sexo. El romance es como una calentura bonita, desde que los poetas inventaron prosas para llevarse a las mujeres a la cama, poco a poco el proceso fue evolucionando y con ello las formas de llegar a otro ente de manera sutil, pero a la vez haciéndose notar.

Las relaciones humanas son las más complejas, que más quisiera que vinieran con un instructivo, hoy en día vienen en todo, hasta en las tazas de café ¿Por qué no en los hombres ó mejor aún, nosotras las mujeres? Si pueden armar un librero de una caja, ¿Qué tan difícil puede ser seducir a una mujer?

Advertencias: Consérvese en un lugar seguro, úsese de manera gradual, aumente la dosis si lo considera necesario, en caso de embarazo consulte a su hombre más cercano, aléjese del alcance de los pendejos.

[muérdeme y no me sueltes]