viernes, 25 de diciembre de 2009

Jo-jo-jo



Esta es uno de esos días de cruda moral y física, donde te arrepientes de los pecados, y despiertas con la misma ropa que usaste el día anterior, con sabor a pavo y whiskey barato en tu boca, y una que otra regresión de lo que parece haber sido una velada fogosa (los finos aromas son la evidencia).
Para esta navidad, le pedí a Santa muchos
regalitos, no iba a malgastar mis deseos pidiendo la paz mundial, o porquerías así, pero le pedí cosas mundanas como la cerda capitalista que soy.
Y aunque no he sido una niña buena, soy una de sus consentidas, y me trajo incluso más de lo que le pedí. Lo cual es para mí, una gran lección: no importa si eres bueno, o un hijo de la chingada, en este mundo, lo importante son los contactos.

Así que seguramente Santa también alimenta su lado perverso con mi blog, el cual espero seguir haciendo por mucho, mucho tiempo.

¡Feliz navidad a todos!

Si me lo permiten, voy a ir a curarme la cruda, a ver todas esas películas cursis con el espíritu de "amor al prójimo"; mientras me termino una de las botellas de vino, que sobrevivió al bacanal de ayer (R.I.P. todas sus hermanas botellas que murieron ayer por una noble causa), comeré más pavo, y haber a quien me manoseo esta noche, necesito calor humano.

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