viernes, 4 de diciembre de 2009

Viernes de redención

Por fin es viernes, es uno de esos días en los que te quieres olvidar del trabajo, de la escuela, de las responsabilidades, hasta de tu nombre.

Este viernes tengo ganas de hacer las cosas bien, dejar de ser ese magneto de problemas, ese que aleja a las buenas personas que quieren darme la ayuda que yo siempre niego. Hoy no tengo ganas de estar sola.

Desde ayer estoy engripada y llena de mocos, dormí en el piso de un hospital, y me inyectó una enfermera gorda y bigotona con cara de pocos amigos, me hizo reflexionar en el pequeño caos que soy, ese que no me lleva a nada, solo soy un vortex, un agujero negro que atrapa, sin oficio ni beneficio.

Esperemos que las ganas me duren un poco más que el fin de semana, porque necesito un cambio drástico, algo que le dé razón de ser a mí existir, y dejar de ser un judío errante que vaga por la vida.

Seré buena..aunque sea por unas horas.

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