domingo, 26 de septiembre de 2010

días de absuelto


Hoy, no ayer ni mañana, es un día de absuelto: Se perdona todo y se olvida lo malo, lo que lastima, lo que me hacía acordarme de ti, de mí, de lo que me obligo a buscarte, de lo que me hace olvidarte, hoy todo puede irse a chingar a su madre.

Lo mejor que puedo hacer es perdonar, ando muy noble estos días (toma eso Madre Teresa) creo que han de ser las hormonas y toda esa nieve que me acabo de comer. Pero en fin, para seguir con mi "sanación", debo de perdonar primero que a cualquier persona a mi misma: por todas las pendejadas que he hecho sin pensar, por lastimarme y dejar que me lastimen, por no querer, por recordar, por compartir mi vida con personas que no valen ni un respiro, para así poder perdonar a esas personas que hicieron mi vida miserable, porque les tengo una noticia: No lo lograron.

Algunas veces puedo ser mi peor enemiga, por el momento me encuentro negociando con mi álter ego; soy veneno y del bueno y si no cuido mis colmillos algunas veces me muerdo yo solita y duele mucho.

En algunos meses voy a dejar mi terruño norteño para ir a conquistar el sur. Voy como buena revolucionaria a dejar de nuevo la tierra que me ve partir a cada rato, pero a la que siempre regreso, ya estoy preparando todo. Ya no quiero huir más. Ahora ya no es necesario.

Por lo mismo, hay que poner los pies en la tierra y dejar que el corazón siga de piedra, que no lo toque nadie, que así se quede por el momento porque ya se va y no sabe cuándo va a volver.

Adiós, te extrañare, pero nomas poquito. Ni te emociones...

No hay comentarios:

Publicar un comentario