cautiva por una noche

El tiempo sigue pasando, lo veo en mí reloj, en mi calendario, en el clima, en mi rostro, en la calle, en todos lados las manecillas siguen su curso y está noche, me siento como si fuera la única detenida entre una multitud que se mueve, que camina, que se aleja...

Este viernes de calores y amores del pasado, vuelven a joder el alma un poco llevándome de nuevo a la maldita isla de los recuerdos, coño yo solía ser naufraga de ese lugar, pensé que ya estaba salvada, pero parece que cuando cierro los ojos aún se escucha ese mar del olvido que me recuerda lo que trato que desaparezca en la arena. Tengo que hacerlo antes de que me vaya con ellos, me niego a que me arrastre la marea.

Que sencillo es volver en nuestras mentes a tiempos mejores, cuando éramos felices y las cosas que ahora son difíciles no daban guerra, tal vez por eso nos gusta vivir de los recuerdos, solo tienes que cerrar los ojos para volver a tú estúpido país de las maravillas, persiguiendo a un pendejo en lugar de un conejo, pero con alucinógenos que te hacen cambiar de tamaño.

Eso de levantarse a cada ratito como que está complicado, pero hasta los raspones en las piernas sanan, ¿Por qué no lo habrá de hacer uno?, en fin ya mañana no seré un asqueroso emo, los encierros en fin de semana y las desveladas como que me afectan, habrá que irse de zorra mañana.