Me quiere, no me quiere.

Que complicada es la vida, pero más lo son las mujeres, nos quejamos de todo, porque si es blanco, porque está feo, porque esta bonito, hasta porque llueve; quiero pensar que son las hormonas que algunas veces nos juegan una mala jugada, pero de entre todas nuestras quejas, siempre viene el mal de males: el de amores.

Nos atormenta que nos quieran, sufrimos cuando no nos aman, lloramos cuando nos ponemos tristes, cantamos cuando nos tratan bien, y algunas veces callamos cuando nos tratan mal, parece que somos una bomba de sentimientos dispuesta a explotar ante el más ligero aspaviento, como esas horribles alarmas de carro que suenan como locas hasta que las calman.

Una vez un buen amigo me dijo: “Cualquier mujer puede tener a cualquier hombre que quiera, solo tiene que ser más inteligente que él” (gracias Daniel), y después de algunos años me di cuenta que tiene razón, y no es porque los hombres sean idiotas, sino porque ellos saben lo que desean en una mujer, por eso no se complican la vida como nosotros. Ven lo que quieren y como cazadores natos, planean como obtener a su presa y se acabo. Nosotras vemos lo que queremos, queremos algunas veces 2 que 3 cosas, las combinamos, nos medimos hasta lo que no quisimos y algunas veces no nos convencemos con lo que nos llevamos a casa, por eso nos hacemos la vida tan complicada algunas veces.

Hace poco me tiempo, me di cuenta que el sexo masculino también tiene sentimientos. Sé que suena estúpido, pero cuando uno es educado con películas de Vicente Fernández, oyes como los hombres son infieles y creces en un ambiente machista, te es difícil asimilar que reconocen algo más que el dolor físico.

Pero sí, los hombres ríen, aman, lloran por las viejas ingratas, pero ellos demuestran su dolor de una forma más macha, más ardida, con alcohol y mujerzuelas, de esas que consuelan a los mártires, y algunas veces hasta duran años clavados con una mujer ingrata que destruyó su corazoncito, pero sufren igual y algunas veces hasta más que nosotras, pero la diferencia es que no lo demuestran, no es de hombres, pero yo opino que sufrir tampoco es de mujeres.