lunes, 30 de noviembre de 2009

La secre


Hace 2 semanas, un amigo me pidió que lo acompañara a un despacho de unos abogados a dejar unos papeles, no tenía muchas ganas, pero lo fui con él.

En dicho lugar, se encontraba laborando una mamasota de esas que piensas que existen solo en los catálogos de lencería, todas las personas que estaban ahí la miraban, ya sea de forma despistada o directamente, muchos hombres que pasaban ahí la devoraban con los ojos, casi hasta yo le tiro la onda de lo guapa que estaba.

En fin, después de un rato, me di cuenta de que la susodicha era una total inútil, no podía mandar un fax, marcó como 3 veces, me dio café frio (error garrafal para una amante de la cafeína como yo, casi como si insultaras a mi madre) y hasta un round con la copiadora se dio, total que cuando nos íbamos y la vi platicando en su celular pensé: que vieja tan más pendeja.

Ahorita, me encontraba en el centro y pase por uno de los mejores restaurantes, para mi sorpresa, vi salir a la secremami de ahí, muy bien vestidita y subiéndose a su carro del año.

Ya a final de cuentas no se me hace tan pendeja...

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