martes, 24 de noviembre de 2009

La sacrificada

¿No les encanta cómo las mujeres siempre terminamos sacrificando todo? No sé si sea la maldita genética, las telenovelas de Televisa, o la educación con la que uno crece, pero parece que uno es la que tiene que hacer sacrificios, o a la que le toca lo más feo "la asistente del mago" diría yo.

A esas son las que les tocan los hachazos, las hacen animal, a que hacen pedacitos de forma deliberada y con autorización de la susodicha, y desaparecen cuando el mago lo desea.

Algunas veces caemos en ser las víctimas, esas mujeres abnegadas, mamacitas sufridas, iconos mexicanos, respetadas y honestamente, aburridas, esos melodramas ya son parte de un pasado que debe de quedarse ahí.

Uno termina haciendo cosas similares, aunque no lo reconozca, cedemos en la escuela cuando dejamos que alguien comparta créditos por algo que hicimos, cedemos en la familia, cuando ponemos nuestros deseos hasta atrás en la fila, para atender a los demás, y cedemos en nuestras relaciones de pareja, cuando dejamos a nuestra pareja hacer lo que desea, con tal de tenerla felíz.

Es hora de dejar de ser esas abnegadas mujercitas que se dejan manipular por cualquier manita que nos quiera hacer el favor de dirigir, debemos aprender a definir lo que queremos hacer, con lo que quieren que uno haga, así que yo digo que si alguien quiere hacer eso con uno, mejor aplicar la de Houdini y salir de ahí, como por arte de mágia..

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