domingo, 30 de enero de 2011

Eso que eres...

Este año el amor anda arrasando peor que la influenza del 2009, muchas de las personas incrédulas y amigos míos que se oponían a la monogamia (incluyéndome) ya andamos vomitando miel, y muchas de las parejas de amores eternos se separan. Esto de los sentimientos es peor que la bomba de Hiroshima, más letal creo yo.

Pero por más amor que se tenga y por más promesas que se hagan no se debe de perder el amor a uno mismo, por lo que los auto toqueteos y sentimentalismos propios deben de seguir ahí. En serio que las cosas llegan cuando uno está listo para recibirlas, podría escribir mil palabras melosas y entender todas las canciones románticas que existen en este puto mundo, pero me valen madre, lo único que quiero es tenerte a ti.

No sé qué tan listo o increíblemente estúpido sea ponerle todas mis velas a un solo santo, pero no tengo ganas de repartir las pocas que me quedan, quiero que las derritas como lo hiciste conmigo, arder como cera, sin extinguirse, que siga esa flama, que sigamos nosotros.

Las veces en las que te das cuenta de cuánto quieres a alguien o para que puesto aplicará en tu vida, es cuando suceden problemas o situaciones no gratas. Uno de los principales problemas de dar un pedazo de tu corazón es que recibes otro pedazo a cambio, por lo que si llora tú también puedes sentir esas lagrimas, así como también se palpan las risas y las miradas llenas de lujuria, esas miradas que son solo para ti.

Ando muy inspirada pero no tengo idea de que escribir, así que solo dejo que mis dedos vaguen y jueguen con las letras, aprendiendo a medir la distancia en besos y caricias que habrán de ser cobradas cuando sea tiempo, y aunque yo sea una de las personas más desesperadas que conozca, no tengo prisa, solamente hay que sentarse y hacer una de las cosas que más odio y más requiero en estos momentos: esperar.

Otra vez más me inspiraste a escribir más líneas, versos y pensamientos sucios, de esos que quieres hacer con los ojos cerrados para no tener remordimiento, esperando que no dejen marcas de la piel, ya no quiero que te lastimen los besos, porque esta vez serán los míos.

Sí, soy de esas que enamoran con letras, es lo mío.




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