Hace unos minutos estaba viendo el final de la película de Mujer Bonita, al último la prostituta descubre que andar vendiendo sus nalgas no es algo de damas, por lo que decide ser una mejor persona, llega el rico y guapo hombre a rescatarla como una princesa de cuento. Creo que eso queremos ser todas; en algún momento de nuestras vidas hemos sido esa dulcinea en apuros, a la que la vida le escupe y dios le da la espalda, encerradas en esa torre en la que esperamos al príncipe azul, amarillo, naranja, negro o cualquier pinche color, pero que nos rescate YA.
Estos días hay epidemias de corazones rotos entre la mayoría de mis amigas (y uno que otro desaventurado varón), la enfermedad se expande de manera impresionante. Es como la influenza del 2010. Culpo a la contaminación global, las lluvias de todo México, a que nuestra selección jugó pésimo en el mundial, a que nuestro presidente es un imbécil, no sé que más; pero quiero culpar a todo menos a nosotros, porque con tanta mierda que hay en la vida y tantas desilusiones, la gente no pierde su fe, y sigue buscando a ese "alguien" con pegamento para su roto cuerpo, ya no hablamos de un solo órgano, ya en estos tiempos como que hasta el hígado y los pulmones se hacen mierda en solidaridad, sino uno se encarga de ponerlos en el mismo estado en la depre con los excesos y adjuntos.
En lo que corresponde a mi persona, mis signos vitales están estables, mi corazón de hotel sigue hospedando huéspedes, unos se quedan más, otros menos pero tarde que temprano saldamos deudas y se van. Ando sola queriendo no estar sola, pero como que no quiero a nadie. Hoy no, tal vez mañana si.
"Bienvenidos a Hollywood, todo mundo viene aquí, a la tierra de los sueños, algunos sueños se realizan y otros no, pero aún así no dejen de soñar"
[Mujer Bonita finale...]